LA GASTRONOMIA COMO EXPRESION CULTURAL BOLIVIANA

Como toda expresión cultural, la gastronomía se consolida en el continente americano como una fuente inagotable de información, un referente de los orígenes, influencias, y constante evolución de la interculturalidad existente en nuestros países dando lugar a una cocina llena de simbolismos, significados, costumbres y sistemas, tanto de producción de insumos, como de la elaboración misma de los platos. 

Es así que podemos hablar de la cocina nativa, basada en la utilización de productos que fueron y aun son el pilar fundamental de la cocina originaria de nuestra tierra. A diferencia de los conceptos culinarios que introdujo la Colonia, basados más en el acabado final de las recetas, la cocina nativa estaba sustentada en una  gran variedad de productos, entre los que se daba prioridad a aquellos de mayor valor nutricional para el hombre. Sumado a ello, es importante destacar los métodos de conservación y las técnicas de transformación de productos; métodos como el congelamiento y la deshidratación, y técnicas de cocción como el “Kheri” (cocina artesanal de barro) o el “Batán”.

Todo ello nos permite afirmar que la cocina nativa no era resultado de una serie de improvisaciones. Por el contrario, estaba bien estructurada y adaptada a las necesidades de vida de la época.

Es a partir de la época colonial que empieza a desarrollarse el fenómeno del intercambio de elementos, dando lugar al sincretismo y las bases de la interculturalidad presente en nuestros días. Este intercambio cultural se ve reflejado también en la gastronomía a través de fenómenos como la incorporación de productos importados desde regiones tales como Europa, África, Asia, etc.  A estos productos que fueron añadidos a la olla nativa se suma el intercambio de información respecto a las técnicas de elaboración, desde la utilización de diferentes materiales para los adminículos propios de una cocina, la forma de los mismos, hasta el procesamiento de los insumos, los cortes, los tipos de cocción, la presentación en platos o bandejas, y el servicio de los mismos.

Esta nueva forma de seleccionar los productos y preparar los alimentos constituyen lo que podría llamarse cocina colonial, en la que es notoria la excesiva utilización de especias con platos muy condimentados, así como la fuerte mezcla entre lo dulce y lo salado en una misma preparación. Surge así un gran contraste entre dos conceptos culinarios; en la cocina andina prevalece la idea del valor nutricional de los alimentos, sobre la idea europea de otorgar más importancia al refinamiento y la presentación de cada plato.

Estos elementos nos permiten entender una parte de la representación y los significados que encontramos en nuestra cocina contemporánea, cuyo inicio coincide con la época republicana pues ésta, como todo fenómeno político, económico, y social, tiene gran influencia tanto en los usos y comportamientos de la culinaria nacional, en las importaciones, exportaciones y el consumo interno, como en las concepciones de producción y elaboración de productos.

Pese a la fuerza de la cultura dominante, la culinaria nacional mantuvo en este periodo -inclusive hasta nuestros días- mucho de sus orígenes. En las preparaciones se nota un aligeramiento en los ingredientes y sobre todo el empleo de procedimientos mucho más simplificados. Inclusive, podemos afirmar, en base a recetarios de finales del siglo XIX, que la mayoría de las ideas y conceptos culinarios de la Colonia, desaparecieron casi en su totalidad.  Esto no quiere decir por supuesto que la influencia haya desaparecido por completo, pero la utilización y manejo, sobre todo de especias, se hizo mucho más mesurado.

Un elemento que cobra fundamental importancia en esta época, y que la mantiene hasta nuestros días, es el ají, en todas sus variedades y utilizaciones. Esto explica de forma contundente, sobre todo en el área andina, que las elaboraciones tienen como base fundamental este producto, cambiando parcialmente o las carnes, o las guarniciones, generando una gran variedad de platos denominados “picante de…” o simplemente “ají de…”.

De todas formas, es justo decir que si por un lado los conceptos específicos coloniales de culinaria se modificaron, paralelamente se dio una revalorización de los productos originarios en las “ollas” de nuestro territorio.  Tal es el caso de la papa, el tomate, el maíz, la quinua, la wacataya, el airampo, la quillquiña y, por supuesto el ají.

El siglo XX presenta ya una estabilidad en el menú cotidiano de las familias de nuestro país. Las variaciones no son muy importantes, ni en el manejo de productos, ni en la elaboración de recetas.

Lo que se puede destacar de este periodo es el cambio en la visión social de los platos, ya que tanto en el siglo XIX, como hasta muy entrada la segunda mitad del siglo XX, muchas de las recetas, pero sobre todo los productos originarios, eran percibidos por las capas pudientes de nuestra sociedad como alimentación de las clases sociales empobrecidas y marginales.

De todas maneras, es destacable que poco a poco los elementos de la gastronomía “originaria” están siendo aceptados al reconocerse su gran valor nutricional y una exquisita opción respecto a sabores.

Si bien en el caso de la Cocina Colonial los fenómenos de intercambio cultural y de influencias se dieron a partir de la “conquista” llena de violencia y deshumanización, es a partir de finales del siglo XX que se genera otra forma de “conquista” cultural –tal vez menos violenta-  denominada “Globalización”.

Es así que desde los inicios de este fenómeno globalizador, las diferentes culturas en el mundo entero, empiezan a recibir influencias de otras culturas y la gastronomía, como clara expresión de cultura, no queda exenta de estas influencias.  El término con el cual se empieza a denominar a esta nueva corriente culinaria creativa es el de “Cocina Fusión”, que se entiende a partir de la mezcla de varios tipos de cocina, tanto en su nivel técnico como cultural.

Las bases para esta nueva expresión que aparece aproximadamente a finales del siglo XX, son más bien simples: la utilización de productos originarios de una zona determinada en la cocina de otra zona, la aplicación de técnicas modernas en recetas de generación y utilización caseras y la aplicación de conceptos estéticos en recetas de origen rústico.

La cocina fusión da lugar a la creación del término “Cocina Novo”, que explica el nuevo producto gastronómico nacido a partir de la fusión entre elementos de culturas diferentes. El antecedente más próximo se lo puede encontrar en el Perú, lugar donde a partir de 1990 se comienza a manejar el término de “Cocina Novo Andina”, descrita como el manejo de productos andinos originarios, así como recetas originarias, criollas o mestizas e internacionales fusionados con técnicas y conceptos culinarios extranjeros.

A partir de esta experiencia, surge en Bolivia a principios de la presente década el concepto de “Cocina Novo Boliviana” (Humérez, Peredo y Van Oost, 2001), que se puede definir como la  utilización de materia prima nativa (productos bolivianos), en adaptaciones de la cocina nacional e internacional, y en nuevas creaciones culinarias.